que no seca, que pende
en mi tos enredada, prendida,
que mata con su murmullo
mas que el rumor de una tele encendida.
A falta de aire, no me canse de soplar,
y aunque mis cantes de lejía
quisieron limpiar mas que rajar,
llevo mi vela torcía
o eso me quisieron hacer pensar.
Huele mal, ¿ y qué no, mi vida?,
vivir es mancharse
y nadie comenzó limpio la salida,
por eso se que cada victoria
está sembrada de mucha derrota escondida.