Pocos perdonan tu ausencia,
del que necesita aferrarse a sus cabales,
parece que olvidaron la guerra,
el cuerpo a tierra,
las manzanas que podridas
nos llenan la cesta,
las lágrimas de secano,
las pieles muertas.
Se acaban las trincheras,
los rezos, los amuletos,
las vísperas de na ',
me sobran,
los tuertos, la bilis,
tanta lengua espabilá.
Pero siempre habrá
quién juzgue,
a una distancia, prudencial,
que te curten,
merecidas serán,
no recuerdan el azufre,
o mamaron azafrán,
tantos fuegos lucen
que quisiera apagar.
entre líneas, y sin faltar,
tantas posturas,
parece que seducen,
¿por qué gritan tanto,
los que tanto tienen que callar?