Dio una vuelta completa, y no supo decir nada.
Las manos que pasearon solas
ahora se encuentran enredándose las dudas,
nudos de miel y esparto,
palmeándote el tango
de miradas desnudas.
La luz y la sombra
siguieron jugando a mezclarse,
para quien entiende los grises
para quien escucha los bises
entre papeles lisos de arrugarse.
La energía , que ni se crea ni se destruye,
se hizo a los vaivenes,
del amor al odio
de la calle al folio,
sin encontrar a sus quienes.
El tiempo va calle abajo
como muchachos tras la pelota,
y arrasó las puertas
y regaló horas muertas
para la imaginación en bancarrota.
La calle cumplió con lo pactado
y se olvidó de nosotros
sumida en supuestos deberes,
otra historia que espera
que interpreten sus papeles.
Dio una vuelta completa,
y no supo decir nada,
pero no todo es hablar,
si escuchas el repicar
de tanta comunicación encriptada.