viernes, 12 de octubre de 2012

Ironias

Estoy tan contento con los tiempos modernos
que me cuesta contenerme,
me encanta que me digan una cosa
y luego hagan otra,
que las palabras valgan aire.

Me entusiasma
que maquillen las mentiras con verdades,
que cuando se escusan acusan
antes que romperse la blusa
por no dar mas señales.

Estoy encantado
por ver como cae en saco roto
lo que antes si se había valorado,
que el tiempo sirva de escusa
para echar y cerrar los candados,
que nadie se atreva a dar la cara
y reconocer que se han abandonado
al placer individual como meta,
a su ombligo ensachado,
que llamen hedonismo
a su egoismo descarado.

Me encanta que me adornen los oidos
que me regalen vacío bien envuelto,
que se analice con el ojo tuerto;
me llena que reconozcan
que vale mas lo propio
que lo justo y cierto.

No quepo en mi de tanta alegria,
la calle y su ruido
que mas que vida es sangria,
las manos que se acercan a por la calderilla,
las lecciones inamovibles de aventureros
que no se movieron de su silla.

Paso del júbilo al gozo,
cada vez que algunos se sienten mejor
gracias al sollozo de otro,
me entusiasma morir de sed viviendo al lado del pozo.

La vida es alegria, menos felicidad que ironía,
tinta vendida y hablada,
lejos de entendederas de vista cansada,
se reinventa cambiando dolores por extraños colores
en bocas honestas y nunca silenciadas.

Me alegra la vida, saberme honesto en este mundo de mentira
que pasa de los gestos y prefiere la herida
antes que perder el orgullo,
ese tan nuestro tan tuyo,
que convirtió el eco de tu voz,
en tan breve murmullo.