Ganas

Y ya no recordaba el tren de sensaciones,
los escalofríos agolpandose en segundos
el chirriar de ojos encendidos.

Olvidé lo genial de las habitaciones
contigo,
me perdí en la ciudad de los camaleones
conmigo.

Habia olvidado el calor de la duda,
el dolor de lo incierto,
el lado amargo de la aventuras.
y caminé como el tuerto.

Por eso le pongo ganas,
me aferro y subo como la hiedra,
por querer ponerme alas
ahora que regalan piedras.

A los que no son gente

Yo que me perdí en la cadencia del impaciente,

y aprendí que el que mucho abarca, poco aprieta

que de todo y tanto no se puede ser consciente,

olvidé la pausa y hasta el respiro,

dije tanto que aún me desdigo

y ahora miro por el presente.

Por el presente próximo, por el sueño pendiente,

por hacerme los deberes y poner las baldosas

en camino ascendente,

por querer como quiero quererte,

por sonreir sólo con verte,

a todas las personas que dejaron de ser gente.