Protocolo

No lo llamas miedo, prefieres timidez,
seguir los protocolos,
los de las nueve y cuarto,
los de las doce y diez.

La costumbre y la raigambre,
que no te quiso ver crecer,
despeinado y aturdido,
con la fragilidad del ser,
te regaló la coraza
y se inventó la sed

Para los muertos de hambre
sin tierra yerma,
con caramelos y venenos
que aviven la guerra interna,
para los muertos de risa
y la inconsciencia que alimenta,
nos dan la ostia con la misma mano
que nos cocinaban la Cuaresma.

Se acaban las trincheras

Pocos perdonan tu ausencia,

en sus planes,

ni valoran la importancia,

del que necesita aferrarse a sus cabales,

parece que olvidaron la guerra,

el cuerpo a tierra,

las manzanas que podridas

nos llenan la cesta,

las lágrimas de secano,

las pieles muertas.

Se acaban las trincheras,

los rezos, los amuletos,

las vísperas de na ',

me sobran,

los tuertos, la bilis,

tanta lengua espabilá.

Pero siempre habrá

quién juzgue,

a una distancia, prudencial,

que las manchas,

que te curten,

merecidas serán,

no recuerdan el azufre,

o mamaron azafrán,

tantos fuegos lucen

que quisiera apagar.

Mientras tanto las verdades,

entre líneas, y sin faltar,

tantas posturas,

parece que seducen,

¿por qué gritan tanto,

los que tanto tienen que callar?

.......

Preso del detalle,del papel cuando arde, descifrando los mensajes que los impulsos manden, ojos dactilares, uñas gustativas, memorias diapositivas regaladas al banquete que florece en plena calle.

Ahí estaban, mirara donde mirara, caramelos esperando a ser descubiertos,
brillantes nacidos en pozos oscuros, medias verdades que ocupan vidas enteras, puñados de arena, suspiros sonoros..

Por todos lados, tatuajes de quita y pon, muros parlantes, caminos torcidos,
instantes perdidos, quejidos en balde..

La luz en tu cara, la vida en dos tardes, no faltará tinta mientras sobren cobardes

......

Son retales, individuales y colectivos
los que forman el tendido,
donde te creces,escondido,
son los males engrandecidos
y tantos bienes sobre-valorados,
que nos dejan heridos,
que nos quieren cansados.

Anoche te vi, en los parques,
en las aceras, limando el asfalto,
queriendo abarcarlo todo,
y no, no hace falta que te embarques
y saques las armas para el asalto,
mejor bucea en el lodo.

Resbala, siente la inocencia del fondo,
y el peso del mundo en tus espaldas,
compromete tus latidos,
al don de estar vivo, de remontar corrientes,
de caminar por avenidas anchas,
a perderte con tino,
en las mareas crecientes,
aprender de las manchas
de nuestros expedientes.

No queremos brillantes,
ni legados excelentes,
queremos pantalones rotos
y alegrías latentes.

Tengo...

Tengo un caballo negro,
oscuro como el vacío,
como la impotencia,
no se deja ensillar,
recorrió muchos caminos,
y es su trote vida misma,
es su trote mi palpitar.

Tengo un caballo negro,
a falta de establo,
libre, sediento,
magro, violento, brutal,
él tiene explanadas que visitar,
no fuera que olvidara
donde aprendió a cabalgar.

Camina bravo,
y sedimenta caminos,
trota que trota,
que no es todo andar,
su crin libre de amarres,
pendiente del trino,
de algún paraje tranquilo,
donde volver a pastar.

Tengo un caballo negro,
y el don del error,
un mensaje emborronado,
pendiente de autor,
tengo cristales,
veneno, cal viva,
venidas arriba
en mi mar del sudor,
tengo pan y tengo desidia,
tengo roto el ego y la envidia,
a falta de espuelas,
un dolor de muelas como motor,
tengo temor,
de las verdades tibias,
de justificaciones anfibias
entre el amor y el dolor,
tengo tiritando
el tiempo y la calma,
las rodillas y el alma,
de ver como gana
siempre el peor postor.

Tengo un caballo negro,
la misma jungla en mi interior,
tengo los ojos llenos de arrugas,
un saco donde recojo las dudas,
que cayeron por maduras,
y me regalan su sabor.

Paladar

Llenaste la cueva de fieras,
inundaste el páramo con agua templada,
destintaste las neuronas efervescentes,
estiraste el segundo hasta quebrarlo,
frágil y cerebral, un zumo frutal,
el arco iris de sabores irradiando el paladar.

Acariciaste mis truenos,
arpegiaste el tiempo con dedos de humo,
rizaste el ocular activo
sacudiste cada mota ardiente,
tierna y brutal, jugaste a saltar
arañado la comba de mi columna vertebral.

Sumiste el estrés con tacto,
y con muchos otros sentidos
a la fuerza escondidos.

Empapaste las cuentas,
revolviste el calendario,
hiciste borrones de la letra implacable,
esa que llena los manuales,
que al final no lee nadie,
la magia está en el instante,
cada paso , marca este baile.

Y pasó Febrero y el frío,
y acordamos acordarnos
del olvido.

Llenaste la cueva de grietas,
dejaste tus manos pintadas
y restos de la hoguera apagada,
en el margen, agarrado a la piedra,
el viejo mundo aún parece nuevo
y se saborea caliente el azar,
el arco iris de sabores irradiando el paladar.

........

Ya me fijé en aquellos acantilados,
las curvas sinuosas,
ya sé del brillo del maquillaje,
el temblor nervioso del instinto básico,
y no, no me interesa el espejo trucado,
el pacto con el diablo,
el baile de tópicos y etiquetas,
me intrigan, los ojos a colores,
las sonrisas que casi asustan,
las verdades, las tintas enteras,
la ropa y los jirones de quienes
conocen las peleas,externas e internas,
la concentración de luz en las pequeñas
cosas, sensaciones, el pulso desconocido
de dónde nacen las canciones.